CAMIONERO NO HAY CAMINO, SE HACE CAMINO AL PARAR

Llevo trabajando 25 años como profesional de una asesoría fiscal y laboral,  y tengo al sector del transporte tanto al autónomo como a la pequeña empresa como principales clientes de mi despacho.

He visto como decenas de transportistas daban el salto de asalariados a trabajadores autónomos, como muchos de ellos hipotecaban sus casas y hasta la de sus padres para pagar la tarjeta de empresa, el camión, el semirremolque e incluso los derechos para ser miembro de una Cooperativa. En resumidas cuentas se metían en 200.000 euros del ala para desaparecer durante toda la semana de su casa y su familia, fijar la vista en el horizonte, y ponerse a devorar Kilómetros y pagar letras como si no hubiera un mañana, con la ilusión de un buen profesional que a pesar de todas las dificultades disfruta de su trabajo.

Observo atónito como políticos de moqueta y chóferes oficiales, a los que mensualmente haga frío o calor le abonan su nómina,  descalifican violentamente a un sector de esforzados. Pierden los nervios como lamentablemente lo ha perdido algún transportista,  y es que al fin al cabo al político lo que le irrita es su futuro cálculo electoral, que es lo único para lo que trabaja sea presuntamente de izquierda o sea presuntamente de derecha.

El camionero baraja perfectamente sus números por la cuenta de la vieja: “Me ha salido un viaje a Lisboa, el gasóleo está a.…, tengo que hacer…. Kilómetros y me pagan….euros, ¡coño si le tengo que arrimar 75 euros para poder hacer el viaje!”.

Y además paga mantenimiento, seguros sociales, posible letra del camión y evidentemente tira de tus ahorros si los tienes.

“No se preocupe usted señor transportista, el día 29 de marzo hablamos, a usted no le salen las cuentas y palma dinero, pero de su gasto en carburante se está contribuyendo con la mitad que son impuestos a sufragar este bonito estado de bienestar que nos hemos dado”.

Y es que mientras no se pueda desplazar el coste del porte a la facturación del servicio, el transportista no es que esté en huelga, es que es un irresponsable que pone en riesgo la economía de su familia sino detiene el camión.

Pido empatía con el sector a todos los que leen estas líneas, los políticos de un lado y de otro tratarán de “arrimar el ascua a su sardina” y  de rentabilizar lo que suceda para futuras citas electorales, pero el problema es mucho mayor. Los sucesivos gobiernos de esta última década nos han llevado a una deuda imparable y muy posiblemente impagable que cuando terminemos pandemias, volcanes y guerras nos dejarán frente a frente con la situación del riesgo-país.

La administración está de espalda a la ciudadanía, hoy entre otros son los transportistas los que la están padeciendo, pero  el día de mañana en mayor o menor medida te va a afectar a ti con independencia de tu profesión u oficio. Debemos ser compresivos y estar preparados para tiempos difíciles. Saldremos de lo que nos venga, pero sólo si remamos en la misma dirección.